Es uno de los derechos sexuales fundamentales recogidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS). Toda persona tiene derecho al acceso a la información científica, sencilla de entender y desprejuiciada. Se trata de facilitar el acceso a la información a toda persona para que pueda responsabilizarse de su propia vida sexual y vivirla con plenitud.
Si no hablamos de sexualidad con naturalidad seguiremos en el tabú sexual, la desinformación y los miedos. Demasiadas generaciones han vivido en el oscurantismo y en la ignorancia sexual. Esto sólo lleva a problemas como los embarazos no deseados o a una vivencia conflictiva del cuerpo y del placer sexual. Está claro que la información facilita la libertad para decidir y la responsabilidad sobre el propio comportamiento.
En esta época donde abundan las informaciones falsas o «fake news» es importante contar con sitios web donde se ofrezca información fidedigna, científica y contrastada que nos ayuden a conocer mejor y respetar la sexualidad propia y ajena. Una buena información sexual es la base de unas relaciones sexuales gratificantes, respetuosas y libres de conflictos y disfunciones sexuales.