Es un método de prevención alternativo al preservativo masculino. Protege frente a los embarazos no deseados, la infección por el VIH/SIDA y otras infecciones de transmisión sexual.
Es tan eficaz como el condón masculino, no está hecho de látex por lo que las personas alérgicas a ello pueden usarlo sin ningún problema. Hasta hace pocos años todos los condones masculinos eran de látex, hoy en día los hay de un poliuretano especial (plástico) elaborados para estos casos y evitan las molestias y reacciones en esta parte de tu cuerpo tan sensible.
Es fácil de usar y prácticamente no resta sensibilidad durante su uso. Además puede aportar a las mujeres un grado de autonomía mayor que el preservativo masculino al depender sólo de ellas. En este sentido aumenta el control que tienen de su fertilidad y de su sexualidad.