Los problemas sexuales son algo frecuente. Tanto la sexualidad como el arte de vivir en pareja siguen siendo asignaturas pendientes en pleno siglo XXI. Nadie nos ha educado en buenas condiciones para disfrutar de las relaciones de pareja y de una sexualidad satisfactoria.
Por eso, en ocasiones, suceden cosas que no entendemos y aparecen problemas. Se trata de algo frecuente pero que tiene solución acudiendo al especialista adecuado.
Los problemas sexuales se deben, en su gran mayoría, a causas de tipo psicológico: la ansiedad y el estrés, los miedos a no responder adecuadamente, la falta de información y el desconocimiento pueden llevarnos a diversos problemas que, si no se tratan, suelen empeorar y llevar a la incomunicación y a la crisis de la misma pareja.
PROBLEMAS SEXUALES MASCULINOS
Muchos problemas como la eyaculación precoz, dificultades en conseguir o mantener la erección, incluso la disminución del deseo sexual o libido, pueden nacer de un solo episodio donde ha ocurrido algún tipo de «fallo sexual». La ansiedad, junto con el miedo a que vuelva a repetirse, provocan que el problema se agrave. Tratarlo a tiempo ayudará a una pronta recuperación.
También existe la eyaculación retardada que consiste en un bloqueo del orgasmo y la incapacidad de eyacular. Los hombres tienen su deseo, su excitación y erección normales pero sienten un bloqueo en la fase final y no alcanzan el orgasmo.
También a muchas mujeres les cuesta llegar al orgasmo o no lo han sentido nunca y se encuentran perdidas con su compañero sexual que parece exigirles tenerlo o se sienten mal si no sucede. Aparte de esto, las dificultades y el dolor en la penetración puede suceder por diversas causas y, si no se atiende, puede derivar en un rechazo del sexo y la afectación de la libido reduciendo las ganas y el deseo de mantener relaciones sexuales.
PROBLEMAS SEXUALES FEMENINOS
Vivir una sexualidad plena y satisfactoria es un derecho fundamental de toda persona. Si hablamos de las mujeres debemos indicar que la existencia de un modelo sexual excesivamente centrado en la penetración y el orgasmo, hace que muchas de ellas pretendan disfrutar de esta manera y se fuercen, aún sin desearlo, a adaptarse a la erótica masculina.
Por esta causa, las dificultades en la penetración, las molestias y el dolor en el coito (que pueden llevar a un (vaginismo) y los problemas para alcanzar el orgasmo (anorgasmia), junto con la falta o bloqueo del deseo sexual suceden con frecuencia.
Es muy importante comprender que disfrutar del sexo implica tener en cuenta las necesidades sexuales de ambas personas y que, en ocasiones, mujeres y hombres pueden tener deseos o preferencias distintas. La incomunicación referida a los temas sexuales es frecuente dentro de la pareja y esta falta de diálogo sobre preferencias, gustos o incluso aspectos que pueden desagradar o provocar rechazo, hace que no sepamos cómo dar y compartir placer mutuamente y de forma satisfactoria en muchas ocasiones.
PROBLEMAS SEXUALES ¿CUÁNDO PEDIR AYUDA?
¿Cuándo pedir ayuda? Cuando sienta que por sus propios medios no consigue solucionar el problema sexual o las dificultades de comunicación con su pareja. No hay que sentirse mal por necesitar ayuda, incluso en estas cuestiones íntimas y personales.
Los problemas sexuales tienen solución. Aunque una persona o una pareja sabe que tiene una dificultad sexual puede tener dudas sobre cuándo ha llegado el momento de pedir ayuda.
Normalmente esto sucede cuando se siente que se ha probado todo lo que se podía intentar y ha pasado un tiempo razonable donde sigue sucediendo ese problema sexual y se sigue sufriendo por ello.
Todavía muchas personas renuncian a pedir ayuda especializada por vergüenza ó pudor. Incluso piensan que los problemas más íntimos no tienen solución o que las cosas deben de ser así.
El especialista en Sexología dispone de recursos para ayudar a solucionar todos estos problemas sexuales gracias a la terapia sexual. Muchas personas se están beneficiando de ello y recuperando su bienestar sexual perdido. Confiar en un profesional con experiencia es importante y ya el primer paso de pedir ayuda significa comenzar a encontrar la solución.
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