Se acerca el «Día de l@s enamorad@s» y aprovecho para recordar algunas cuestiones importantes en nuestro Podcast semanal en el que os hablo sobre tres conceptos que no debemos confundir: AMOR, AMAR y ENAMORARSE
El ENAMORAMIENTO corresponde a una fase transitoria de atracción donde idealizamos a la otra persona y no la vemos de forma racional. Puede durar varios meses y es el mecanismo que ha ideado la naturaleza para atraernos y formar parejas o vínculos afectivos más allá de la propia familia de origen.
Si lo confundimos con AMOR DE PAREJA corremos el riesgo de comprometernos desde un espejismo y sufrir innecesariamente cuando la otra persona se va mostrando tal cual es y descubrimos aspectos suyos como valores, roles, gustos o formas de pensar y de sentir que pueden no ser compatibles con los propios e incluso hacernos sentir infelices.
También es verdad que en la fase de enamoramiento solemos esforzamos en muchos sentidos por la otra persona, tener detalles con ella, estar pendientes, hacer regalos, pasar mucho tiempo juntos y, en general, reforzar de muchas maneras el bienestar juntos.
Si abandonamos esta actitud cuando sentimos que ya hemos establecido una relación más estable es seguro que la erosión del tiempo, las rutinas, la falta de alicientes y los problemas de cada día irán debilitando la relación e iremos perdiendo la ilusión.
Por tanto es importante recordar que las relaciones afectivas no se mantienen por sí solas y la expresión de los sentimientos en cualquiera de sus mil y una maneras, «echar palitos a la hoguera» del amor, es la clave para mantener un vínculo de pareja o afectivo sano y vivo en nuestras vidas. Y si todo falla y sentimos que estamos perdiendo terreno y la pareja entra en crisis es buena idea pedir ayuda especializada en Terapia de Pareja para reflotarnos, aprender a manejar mejor los conflictos y salir reforzados.
Hay que recordar que todos los días deberían ser el «Día de l@s Enamorad@s» aunque nunca está de más que nos lo recuerden con una fecha donde renovar y acordarnos que, gracias a aquel estado de enamoramiento, encontramos a una persona con la que decidimos y aprendimos a seguir adelante y que hoy es nuestra pareja.
Y si no duró o resistió en el tiempo que no sea por no haber puesto «toda la carne en el asador» y, seguramente, tendremos nuevas ocasiones para enamorarnos y volver a sentirnos de esa forma tan especial.
¡Y, no lo olvides, el AMOR es la fuerza que mueve el mundo.
O, al menos, es lo que le da sentido a la vida!
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Es cierto lo que dices; tras el furor inicial es sencillo caer en la rutina y dejar que la hoguera de la pasión y los sentimientos se convierte en meras brasas que languidecen en las tinieblas. Creo que son importantes ambas cosas; estar con la persona adecuada y saber qué hacer para mantener esa relación de manera sana y saludable. Ello implica conocerse bien a sí mismo (si no nos conocemos es difícil sepamos lo que nos puede hacer felices) y conocer bien a la otra persona (para saber qué necesita y le hace a ella feliz). Si comenzamos una relación por motivos equivocados o no sabemos cuidar nuestra relación de pareja la ruptura se acercará hacia nosotros con la fuerza de una estampida de bisontes para llenar nuestro corazón de dolor y sufrimiento. Y si no sabemos lo que necesitamos, no nos damos cuenta de si algo lo estamos haciendo mal… lo mejor es que alguien con conocimientos y experiencia nos pueda enseñar de igual manera que se enseñan las diferentes materias en un colegio. Es un gran error perseverar en el error sin saberlo. Un buen profesional te ayudará a ver la realidad de las cosas y a manejarlas de manera inteligente y ahorrando sufrimiento. Ojalá hubiera aprendido antes todo lo que ahora sé. Ojalá, Fernando, te hubiera conocido hace años…
Muchas gracias Gabriel por tu acertada reflexión. La mayoría de personas tienen el único modelo de pareja de sus padres y, por lo general, aprenden lo que NO quieren pero sin referencias de cómo amar y cuidar una relación desde el respeto a las diferencias, el diálogo y el cuidado de la pareja como algo vivo que evoluciona con el tiempo y a lo que hay que adaptarse.
Yo también incluiría una asignatura en los colegios que sería «Educación para la vida» donde nos enseñaran valores de respeto e inteligencia emocional con unos capítulos importantes en torno de la educación afectiva y sexual tan necesarias para ser felices y no tropezar en errores dolorosos.
Un abrazo y gracias por tus comentarios, espero volver a verte por el blog!