Educación Sexual infantil de 0 a 10 años

Educación Sexual Infantil de 0 a 10 años.
La Educación Sexual Infantil sigue siendo una asignatura pendiente

Educación Sexual Infantil de 0 a 10 años. El primer paso para educar la sexualidad infantil es respetarla y eso pasa por reconocerla y darle carta de existencia.

Educación sexual infantil: somos personas sexuadas

No queda tan lejos cuando Sigmund Freud escandalizó a la sociedad victoriana y al mundo científico de su época afirmando en sus «Tres ensayos para una Teoría sexual» en 1905 que la sexualidad infantil existía desde el mismo momento del nacimiento. Podemos situar este escrito como una frontera en el reconocimiento científico de la sexualidad infantil. Sus observaciones fueron el germen de la educación sexual en estas edades pues llamó la atención sobre la importancia de atender las necesidades de información y curiosidad de niños y niñas para evitar problemas posteriores en la fase adulta.

Desde que nacemos hasta que morimos somos personas sexuadas. En 1975 la OMS (Organización Mundial de la Salud) reconoce el concepto de persona sexuada y evidencia a nivel científico que la sexualidad es una dimensión de la persona que nos acompañará durante toda la vida. Y que tiene que ver con nuestra salud, bienestar, placer y disfrute. Así mismo hace una recomendación a todos las naciones del mundo para que incluyan programas de información y educación sexual desde la infancia.

Cada etapa de la vida va a desarrollarse según sus características propias que hay que reconocer, atender y respetar para el desarrollo completo y feliz de la persona. La Psicología evolutiva y otras ciencias de la salud reconocen por tanto la sexualidad infantil como algo natural en el ser humano al igual que la sexualidad adolescente, adulta y de las personas mayores.

Los niños y las niñas no vienen de París

Desde los 4 y los 5 años de edad la curiosidad sexual se manifiesta en niños y niñas. Enseguida perciben que hay diferencias anatómicas entre los sexos y se preguntan por qué las cosas son así. Si la madre se queda embarazada de otro hermanito o si ven otras mujeres embarazadas cercanas que van a tener un hijo se empiezan a hacer preguntas. ¿Cómo es posible que se haya introducido ahí dentro y esté creciendo dentro de la tripita de mamá?

Si les respondemos que los niños y niñas vienen de París o que los trae la cigüeña o bien nacen de un repollo de la huerta no nos van a creer. Y vamos a hacer algo grave: vamos a frustrar su sed de conocimiento y romper la confianza con nosotros. Van a empezar a desconfiar del adulto y dejarán de preguntar para siempre. Luego nos quejamos que la sexualidad sea un tema tabú en la pubertad cuando se encierran por completo y no quieren hablar de ello con nosotros.

Por otra parte no hay que olvidar que un niño o una niña pequeños sólo quieren agradar a los padres. Si observan que «esos temas» nos ponen nerviosos y son molestos van a dejar de preguntar para no molestar. Y también van a aprender que esos temas son inadecuados, incómodos, antinaturales o prohibidos. Comienzan a situar la sexualidad y lo relacionado con ella en el tabú y en el conflicto.

Por tanto es un buen consejo no mentir nunca a nuestros hijos aunque nos puedan incomodar ciertos temas o no nos sintamos capaces de responder adecuadamente. Muchos padres y madres nos enfrentamos a educar mejor de lo que hemos sido educados y la sexualidad es un aspecto importante de la felicidad y la salud de nuestros hijos.

Educación sexual infantil: el tabú del sexo

La represión sexual y el tabú del sexo no es otra cosa que aprender a sentirnos mal y asociar la vergüenza a todo lo relacionado con la sexualidad. La vergüenza es una emoción muy intensa y poderosa que hace que evitemos hacer o incluso hablar sobre algo. Que nos hace sentirnos muy mal y aporta confusión y evitación. Asociar vergüenza a nuestro propio cuerpo y a la sexualidad es terreno abonado a complejos y conflictos futuros en la vida adulta. Y un mal comienzo para enfrentar los intensos cambios que se producirán en la preadolescencia a nivel físico y psicológico.

Comienzan a situar la sexualidad y lo relacionado con ella en el tabú y en el conflicto. Y a perder la confianza en el adulto

Todo esto hace que en la adolescencia y primera juventud todo sean problemas, complejos y sufrimientos con respecto a los cambios corporales que trae la pubertad. Justo en el momento donde más nos necesitan como padres se levanta un muro invisible que hace difícil la comunicación y la información que precisan para entender qué les está sucediendo. El tabú del sexo puede afectarnos durante toda la vida e impedir la comunicación y el disfrute sexual en una pareja adulta.

La curiosidad es el motor del conocimiento y nacemos con ella intacta. Desde que nacemos descubrimos nuestro cuerpo sexuado de tres maneras que van a ir sumándose de forma progresiva. A través del propio contacto y exploración corporal, a través del contacto amoroso de los adultos que nos cuidan y nos miman aprendiendo así la ternura como base de la comunicación afectiva. Y a través de los juegos corporales y de curiosidad con otros niños y niñas cercanos, bien en casa o en la escuela infantil. Eso que se solía llamar «jugar a los médicos».

Es un error prohibir esta curiosidad por aprender y descubrir cómo es tu cuerpo y el de los demás y enjuiciarlo desde parámetros adultos. No tiene nada que ver. Hasta la frontera de la pubertad la sexualidad infantil se va a manifestar de una manera incipiente desde el descubrimiento del placer en todo nuestro cuerpo y no tiene nada que ver con cómo la vivimos y sentimos las personas adultas.

Educación sexual infantil: características

Un niño o una niña no tiene el concepto de sexualidad adulta. En los primeros años explorará su cuerpo y repetirá comportamientos que le aporten placer y sensaciones agradables. Pueden aprender a tocarse el pelo para tranquilizarse a la hora de dormir pero también puede ser estimularse la zona genital. Los órganos genitales no han tomado la prioridad que alcanzan tras la pubertad y son una parte más del cuerpo. Por supuesto sienten excitación genital desde que son bebés y es algo que resulta más evidente en los niños pues el pene es externo y las erecciones no se pueden disimular.

Sabemos que una erección o excitación genital no tiene un sentido sexual siempre. Pueden ser reacciones naturales a una excitación corporal general o al estímulo necesario durante la higiene o el baño diario. También pueden suceder como una reacción ocasional pues se trata de una conducta refleja más en el repertorio corporal con que la naturaleza nos ha dotado.

También es verdad que el autoerotismo comienza desde muy pronto y es la primera manera de explorar el propio cuerpo y sentir placer. Es tarea de los padres educar y explicar qué sucede. Así como transmitir un concepto de intimidad y respeto hacia el propio cuerpo y el de los demás. Informar desde la naturalidad como en cualquier otro tema de la vida. Dependiendo de la actitud del adulto seguirá explorando su cuerpo como algo bueno y natural y bien lo reprimirá y esconderá entrando en complejos y confusión.

Un concepto importante es educar en la privacidad y el respeto a los demás. Una madre me dijo hace poco que a sus hijos los educaba en que había que hacer determinadas cosas en privado como meterse el dedo en la nariz o masturbarse. Así de simple y de acertado.

La sexualidad infantil termina con la aparición de la pubertad. La explosión hormonal nos transforma y dispara el deseo sexual que anuncia la llegada de la sexualidad adulta.

Educación sexual infantil: cómo educar

Existe un gran desconocimiento sobre la sexualidad infantil y el desarrollo de la misma entre los propios padres y madres. No hemos sido educados ni preparados para ello. Además pesa una educación represiva del sexo que hace que nos confundamos y nos dé vergüenza informar y educar en este tema. Seamos honestos y aceptemos nuestras limitaciones. Al igual que en muchos otros aspectos de la vida podemos no tener toda la información ni las respuestas. Pero podemos esforzarnos en propiciar una actitud correcta de respeto, naturalidad y, sobre todo, disponibilidad.

Mi mejor consejo es estar siempre disponibles para responder adaptándonos a su edad e intereses. Hasta los 6 y 7 años puede responderse a la tan temida pregunta «¿De dónde vienen los niños?» que sucede cuando se quieren dos personas. A partir de esa edad hay que explicar algo más. Observan que la barriga de la madre crece durante el embarazo y se preguntan cómo ha llegado allí.

Es buena idea explicar que los hombres producen en su cuerpo una «semilla» (de ahí la palabra semen) que se introduce a través del pene por la vagina de la mujer. Y que a eso se refiere cuando decimos que «se hace el amor» o se mantienen relaciones sexuales. No sorprenderá la naturalidad y tranquilidad con que obtienen esta información si lo contamos con esta actitud.

Un concepto importante es educar en la privacidad y el respeto a los demás. Una madre me dijo hace poco que a sus hijos los educaba en que había que hacer determinadas cosas en privado como meterse el dedo en la nariz o masturbarse. Así de simple y de acertado.

Niños y niñas pequeñas son reflejo de nuestra propia actitud. Si hablamos con naturalidad lo entenderán como algo natural. Deberíamos mantener esta actitud de disponibilidad y ser accesibles con nuestras respuestas en un lenguaje sencillo y cercano. Como en cualquier otro tema de la vida. Si se prohibe o se castiga estaremos creando adultos con vergüenzas, complejos corporales y una sexualidad conflictiva. Y adolescentes que se seguirán escondiendo para explorar su cuerpo o para iniciar sus primeras relaciones sexuales clandestinas. Triste de verdad.

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Educar en la naturalidad y superar la vergüenza y el tabú

Como suelo decir, la educación es un proceso recíproco y estamos en un momento donde son los hijos e hijas quienes nos están educando sexualmente a nosotros. El hecho de esforzarnos en darles algo mejor, positivo y más limpio que la educación sexual represiva que recibimos a su edad.

Por otra parte propongo que dejemos que los niños y niñas lo sean. Existe una tendencia a la sexualización infantil vistiéndoles con ropas de adultos e insinuantes impropias de su edad. Favorecer gestos, poses y comportamientos precoces no les ayudan a vivir su infancia y les confunden con mensaje contradictorios. Estamos en una sociedad donde parece que crecemos más rápido que nunca y con mayor precocidad. Las modas impactan en nuestros hijos e hijas transmitiendo modelos de comportamiento y de belleza que atentan contra la propia infancia. Atiendo casos de menores preadolescentes al borde de la anorexia por rechazar los cambios corporales normales que están sufriendo. Hablaremos en otro post sobre todo esto para no alargarnos ahora.

Educación Sexual Infantil: superando esta asignatura pendiente

No es tan difícil asumir una actitud más natural hacia el propio cuerpo, hacia el placer y hacia la sexualidad en general. Se trata de educar a personas que serán adultos felices, seguros de sí mismos, con confianza y capaces de disfrutar de la vida.

Aprender desde el respeto no es fácil y tenemos muchas dificultades por la educación sexual represiva que heredamos. Precisamente por esto resulta fácil saber lo que no queremos, lo que nos ha hecho daño y deseamos dejar atrás y no transmitir a nuestros hijos. Esta poderosa motivación, basada en el amor y en la responsabilidad, nos hará encontrar la manera de hacerlo mejor.

Vivimos en una sociedad de superespecialistas para todo. No perdamos el norte en la cuestión de educar en la sexualidad porque la clave está en la actitud. Podemos no saber cuántos millones de espermatozoides hay en un centímetro cúbico de semen. Pero esa respuesta no es tan importante y seguro nos la soluciona Google. Lo importante es que nuestros hijos e hijas nos sientan disponibles, amorosos y listos para conversar y aportarles la información y actitudes correctas hacia el sexo y hacia la vida.

Si necesitamos ayuda podemos participar en una Escuela de Madres y Padres del colegio, buscarla en una página web segura y fiable en Internet o pedir una consulta a un profesional de la Sexología que seguro aportará tranquilidad, sentido común y esas respuestas que tanto necesitamos para lograr ser los mejores padres y madres del mundo.

Y poner amor en ello, no olvidemos que es el ingrediente mágico que todo lo transforma.

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Fernando Villadangos

Trabajo desde 1989 con ilusión y profesionalidad como psicólogo clínico y sexólogo. Cada día comparto con las personas y parejas que acuden a mi consulta sus conflictos y problemas, temores y sufrimiento pero, también, su capacidad de luchar y de no rendirse, su capacidad de seguir adelante. Te ofrezco más de 30 años de experiencia a tu servicio.

3 comentarios en «Educación Sexual infantil de 0 a 10 años»

  1. Muy buen artículo!. Yo tengo comprobado que tratar los temas sobre sexualidad con total normalidad, hace que los pequeños lo vean con naturalidad.
    No tienen apuro en comentarte lo que oyen en el cole, les cuenta un amigo, que a veces son verdaderas barbaridades….
    Mi experiencia en este sentido me lleva a animar a los demás a que hablen abiertamente y con normalidad de la sexualidad, y explicarles, dentro de cada edad, de los temas que pregunten.

    Responder
    • Nunca se debe esconder a los hijos e hijas las cosas que forman parte de la vida. Lo importante es poder informar adecuadamente a cada edad y eso sigue siendo una asignatura pendiente para muchos padres y madres que, a su vez, tampoco han recibido la educación sexual que necesitan.

      Responder

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Fernando Villadangos es psicólogo clínico y sexólogo en Granada

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