Comprender el orgasmo femenino sigue siendo algo complicado hoy en día. A muchas mujeres les sigue costando llegar al orgasmo y disfrutarlo con normalidad. Una de cada cuatro mujeres lo desconoce o bien tiene dificultades para alcanzarlo en la penetración. Hoy he invitado a cuatro sexólogas para hablar de ello en este Blog de Sexología y Pareja. Ellas son mujeres y especialistas en Sexología. Atienden cada día en sus consultas a otras mujeres con estos problemas y seguramente nos darán las claves para comprender mejor el orgasmo femenino y ayudar a disfrutarlo con plenitud.
COMPRENDER EL ORGASMO FEMENINO
Desde la Sexología moderna , cuyos orígenes se remontan a los cercanos años 60 del siglo pasado, quedó demostrado que la sexualidad de mujeres y hombres era prácticamente la misma. Tanto a nivel anatómico como fisiológico la respuesta sexual y la excitación tenían las mismas fases y funcionaban igual. La ciencia confirmó que el orgasmo femenino existía y que formaba parte natural de la expresión sexual de las mujeres. Incluso se evidenció la capacidad multiorgásmica en ellas como un fenómeno frecuente.
Quedó demostrado que el placer era la base de la sexualidad humana y que todo nuestro cuerpo es sexuado y sexual. Y que existen determinadas zonas erógenas (especialmente sensibles y reactivas al placer) que intervienen en la excitación y en la consecución del orgasmo. En este punto las investigaciones de Masters & Johnson señalan que la zona del clítoris, y no la vagina, era fundamental para acumular la excitación sexual necesaria para alcanzar el orgasmo.
Gracias a estas investigaciones sexológicas quedó demostrado que las mujeres, al igual que los hombres, tenían una capacidad de orgasmo fácil siempre que se respetara el funcionamiento anatómico y fisiológico de su cuerpo y erotismo. Se superó el ya clásico debate entre orgasmo «vaginal» y orgasmo «clitorídeo» al descubrir que el orgasmo en cuestión es una respuesta refleja de placer que puede ser desencadenada por la estimulación de diversas zonas erógenas del cuerpo, especialmente los órganos genitales externos (vulva y clítoris).
Así quedó patente que la IGUALDAD ANATÓMICA significaba y ayudaba a la IGUALDAD SEXUAL, reconociendo la importancia de la VULVA (que no la VAGINA) de la mujer, como zona privilegiada receptora de estímulos erógenos y sexuales.
¿Cuándo se reconoce la existencia del orgasmo en las mujeres?
Durante siglos se negó el placer sexual de la mujer, nos dice Ester Álvarez Guillén. Y continúa: en el modelo dominante de sexualidad enfocado exclusivamente a la reproducción, la mujer no se consideraba sujeto sexual. No era un sujeto activo ni debía sentir placer. Por tanto el orgasmo femenino era algo que ni se planteaba.
El placer sexual de las mujeres se reconoce en el siglo pasado gracias a las investigaciones en Sexología y a la reivindicación del movimiento feminista que empiezan a hablar de derechos e igualdad sexual con los hombres. Como nos comentan Lola González y Estela Buendía del Centro de Sexología Borobil en Bilbao: hasta el siglo XX el placer femenino, como otros tantos derechos, es relegado a un segundo plano. Y, siguen, fue Freud quien reconoce que las mujeres pueden tener orgasmos, si bien hablaba de éstos para definirlas como maduras o inmaduras. Y se crea la gran confusión del orgasmo vaginal como «lo normal» y el orgasmo con estimulación del clítoris como neurótico. Esto encaja en el modelo reproductor de la época que seguimos sufriendo todavía en la actualidad.
Por tanto, la represión sexual hacia las mujeres y un modelo de sexualidad centrado en la reproducción aporta confusión y dificulta el descubrimiento del orgasmo femenino a muchas mujeres todavía hoy en día. La idea de sentir un orgasmo durante la penetración como lo normal y lo más fácil es, sencillamente errónea. Muchas mujeres descubren su orgasmo estimulándose por fuera su vulva y centrando el placer en el clítoris que es, realmente, la llave del orgasmo.
Gracias a estas investigaciones sexológicas quedó demostrado que las mujeres, al igual que los hombres, tenían una capacidad de orgasmo fácil siempre que se respetara el funcionamiento anatómico y fisiológico de su cuerpo y erotismo.
Llevo 30 años haciendo divulgación y me siguen preguntando lo mismo: ¿Existe el orgasmo vaginal? La respuesta clara es que sí pero que todo orgasmo femenino responde al mismo esquema biológico de acumulación de tensión sexual independientemente de la zona erógena que se estimule. El orgasmo es una experiencia única y cada mujer descubre cómo llegar a él. El clítoris es fundamental al igual que en el hombre lo es su pene. Y la vagina es una zona secundaria ya que en sus dos tercios internos es prácticamente insensible. No olvidemos que en Ginecología la llaman «canal de parto» y la naturaleza la ha diseñado para facilitar el mismo reduciendo la sensibilidad interna. Dicho en otras palabras, la Sexología orienta la terapia sexual para alcanzar y descubrir el orgasmo femenino en el conocimiento de la vulva femenina (clítoris y labios menores) que es donde la tensión sexual facilita la respuesta orgásmica.
Si hablamos de las mujeres individuales, el descubrimiento del orgasmo comienza en torno de los 14 o 15 años. Silvia C. Carpallo nos matiza esto. Según nos dice, no todas las mujeres comienzan a masturbarse a la misma edad o incluso llegan al orgasmo en su autoerotismo. Incluso pueden experimentarlo pero no reconocerlo como tal. Existe tal idealización del orgasmo que muchas mujeres no son capaces de identificar sus sensaciones con la vivencia del orgasmo. Si seguimos estandarizando la idea del orgasmo femenino con la cara congestionada, la espalda arqueada y siendo atravesada por sensaciones incontrolables tipo tsunami muchas mujeres seguirán confundidas, explica Silvia C. Carpallo. Existen orgasmos de diversa intensidad, algunos imperceptibles y otros muy intensos. El reto consiste en reconocerlo y disfrutarlo con placer sea como sea en cada momento.
¿El tabú del sexo hace que las mujeres tarden más en descubrir su sexualidad?
En este punto parece que hay un acuerdo total. Nuestras compañeras del Centro Borobil nos recuerdan que en pleno siglo XXI la sexualidad femenina sigue en el tabú y que las mujeres jóvenes siguen impactadas por ello. Esto les impide descubrirse, explorar su cuerpo con libertad y conocer su erótica. Las mujeres tardan más en descubrir su sexualidad a causa de la escasa educación sexual que reciben y que les impide sentirse dueñas de su cuerpo y de su placer.
Matiza Silvia Carpallo que todavía se acepta más la sexualidad masculina y que está mejor visto que un chico se masturbe a que lo haga una chica. La circunstancia de que el pene sea externo y fácilmente accesible ayuda al descubrimiento de la masturbación en los chicos adolescentes. Siguen existiendo miedos y rechazo asociados a la vagina y la vulva, presiones por el mito de la virginidad y la posible rotura del himen. Y aunque el clítoris es un órgano visible externo sigue siendo un gran desconocido y no se habla de su función sexual. Esto lleva a no estimularlo por falta de conocimiento.
La idea de sentir un orgasmo durante la penetración como lo normal y lo más fácil es, sencillamente errónea. Muchas mujeres descubren su orgasmo estimulándose por fuera su vulva y centrando el placer en el clítoris que es, realmente, la llave del orgasmo.
Concluye Ester Álvarez que, por lo general, los niños ven y manipulan más sus órganos genitales mientras las niñas desconocen incluso las palabras vulva y clítoris que siguen en el tabú. Esto es algo grave porque si no lo nombramos esa realidad no existe. Y añadimos dificultades al descubrimiento de la sexualidad en general y del orgasmo femenino en particular. Parece que nuestra cultura sigue poniendo zancadillas a las mujeres en el reconocimiento y vivencia de su sexualidad como algo propio. Y siguen con dificultades para ser protagonistas de su propio placer sexual.
¿Siguen aprendiendo las mujeres su sexualidad desde un modelo masculino?
Parece que la sexualidad femenina sigue estando más reprimida o peor vista que la masculina. Y que muchas mujeres imitan el modelo predominante sexual masculino. Lo explica Ester Álvarez: «Pienso que así sucede en muchas ocasiones. De ahí que, a menudo, busquen llegar al orgasmo durante la penetración. También explica que puedan llegar a fingir un orgasmo cuando no lo alcanzan de esta manera para no decepcionar a sus parejas masculinas. Esto es horrible porque sólo aporta más confusión y las mujeres que lo hacen se desconectan de su cuerpo».
En este sentido Silvia Carpallo añade: Creo que más que un modelo masculino, lo que hay es un modelo coitocentrista, en el que se da más importancia a la penetración. Generalmente este modelo se enfoca más a lo masculino, porque se entiende que el que penetra es el activo, el que recibe placer, el que tiene el control. Pero lo cierto es que es un modelo caduco para ambos sexos, no solo para la mujer. Es cierto que en la mujer, generalmente, este modelo es menos satisfactorio que para los hombres, y que hay un importante porcentaje de mujeres que no experimentan el orgasmo femenino por esta causa.
Existe tal idealización del orgasmo que muchas mujeres no son capaces de identificar sus sensaciones con la vivencia del orgasmo. Si seguimos estandarizando la idea del orgasmo femenino con la cara congestionada, la espalda arqueada y siendo atravesada por sensaciones incontrolables tipo tsunami muchas mujeres seguirán confundidas
Es importante tener información y conocimiento. Yo añadiría también diálogo sexual. Partimos de una base biológica similar y tanto mujeres como hombres tenemos capacidad sexual y orgásmica. Pero existen muchas diferencias individuales que es preciso respetar y comunicar. Romper la vergüenza a hablar de las preferencias sexuales y las maneras concretas en que nos gusta disfrutar y sentir. Nadie nace adivino y en relaciones heterosexuales es común sentirse inseguros sobre cómo estimular el cuerpo de tu pareja. Atrevernos a ello hará que el orgasmo femenino se incorpore más fácil cuando así se desee.
¿Por qué muchas mujeres tienen orgasmo con facilidad en masturbación pero no durante el coito?
Ésta es una buena pregunta. Y lo veo con frecuencia en terapia sexual donde acuden mujeres adultas, incluso superando la treintena y que alcanzan con suma facilidad el orgasmo en su masturbación. Pero que no lo logran en el contexto de una relación sexual de pareja con un hombre. ¿Por qué sucede esto?
Para empezar, nos dicen Lola González y Estela Buendía, que la sexualidad comienza en una misma. Por tanto es fundamental conocer tu propio cuerpo erótico y eso se logra con mayor facilidad a solas. Saber qué te excita, cuáles son las teclas que hacen que tu cuerpo se estremezca. Y también lo qué no funciona y puede descentrarte. También es importante sentirte libre para experimentarlo cuando estás manteniendo relaciones sexuales con otra persona.
Muchas mujeres experimentan la masturbación y alcanzan el orgasmo gracias a estimularse de manera más directa la vulva y el clítoris. La anatomía genital femenina es más rica en terminaciones nerviosas en su tercio externo ya que en ella se encuentra el clítoris (tiene aproximadamente 8.000 terminaciones nerviosas). Si se centran en la penetración puede no estimularse el clítoris de forma directa y no llegar al orgasmo femenino.
Silvia Carpallo, coincidiendo en este punto añade: «Se trata de una cuestión que sucede en cualquier persona con dificultad de orgasmo, ya tenga pene o vagina. La cuestión es que en el autoerotismo estamos solo enfocados a nuestro placer. No hay presión por el placer del otro y tampoco por llegar al orgasmo para que el otro no se sienta mal. En el coito en cambio estamos centrados en muchos más factores externos por lo que todo eso nos distrae en el camino hacia el placer, especialmente a las mujeres».
Por tanto la autoexploración y la masturbación parecen ser los caminos idóneos para descubrir tu sexualidad y los caminos individuales para alcanzar el orgasmo femenino. Se trata, por tanto, de llegar a que más mujeres sean protagonistas de su propia sexualidad y se atrevan a expresarlo sin miedos a ser criticadas o rechazadas por ello. Hemos avanzado mucho en las últimas décadas en el reconocimiento de los derechos sexuales y de la igualdad entre mujeres y hombres. Es deseable para disfrutar con plenitud llevarlo a la práctica y terminar con las vergüenzas y complejos que nos han atenazado en el pasado.
12 mujeres describen cómo sienten sus orgasmos
Todavía existe mucha confusión acerca del orgasmo, sobre todo entre mujeres. Los datos parecen apuntar a que tres de cada diez mujeres no conocen esta experiencia o les cuesta alcanzarlo. Como todo en la sexualidad humana, se puede aprender a conseguirlo y, sobre todo, no deberíamos confundirlo con la satisfacción sexual en general. Son dos cosas diferentes.
Muchas personas, sobre todo hombres, piensan que si no se alcanza un orgasmo no se llega a la satisfacción sexual plena. Esto no está tan claro y puede ser motivo de reflexión en este blog. A continuación tienes doce descripciones de cómo sienten el orgasmo otras tantas mujeres.
Para mi es una sensación placentera que recorre el cuerpo como un escalofrío y que se convierte en una especie de lluvia. Luego caes por un túnel y te ves en la cama relajada, con sueño, hambre y sed, pero feliz.
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El orgasmo es una sensación de intenso placer sexual que varía en función de la persona. Sin embargo, hay algunas coincidencias entre la mayoría de las mujeres. Conforme aumenta la excitación se llega a un momento de máxima excitación en la que una se libera físicamente, se siente como se tensa el cuerpo, especialmente las piernas y el abdomen, se notan contracciones musculares en la zona de la vagina, se aumenta la tasa cardiaca y la respiración. Y se pasa de repente a un estado de relajación y bienestar en el que ya no apetece seguir siendo estimulada en ese momento.
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Realmente tener un orgasmo es la cosa más natural del mundo y no es como lo muestran en las películas (desmayos, mareos y experiencias sobrenaturales). Es un estado de excitación máxima de tu cuerpo y de tu mente, en la que todos tus sentidos están centrados en esa sensación, sin dejar paso a otros pensamientos, actos, en que todos tus vellos se ponen de punta.
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No se puede comparar a ninguna otra sensación. Dura pocos segundos y después te quedas en un estado de relax insuperable. Una sensación muy placentera. Se consigue tocando, frotando y/o rozando o besando el clítoris. Es como una descarga de tensión más o menos intensa en la zona pelvica, a veces es más largo y otras menos. Al finalizar sientes una sensación de haber liberado una fuerte tensión (placer). Sientes durante unos segundos que pierdes la noción del tiempo y te transporta a una sensación metafísica, supersensorial. La mayor sensación de placer físico que una puede sentir.
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Por mi experiencia personal, un orgasmo consiste en liberar toda la energía (excitación) que vas acumulando durante la relación sexual y lo notas porque notas un placer muy fuerte. Te tensas (incluso algunos espasmos) y luego te sientes muy liberada y te relajas. Cuando nos encontramos en un estado de excitación, ésta va subiendo en grado e intensidad, es decir, sentimos en nuestro cuerpo que de alguna forma va inundando esa sensación. Puede ser mantenida esa sensación y cuando sube y sube la sensación corporal y mental de excitación hay un momento como de explosión donde hay sensación de no tener control.
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Es una sensación muy placentera donde se alcanza un completo bienestar. Se produce cuando se dan sucesivas contracciones de los genitales hasta que los músculos se relajan por completo y llegas a estar inmersa en un estado de relajación y de sensación placentera contigo misma y con tu cuerpo. Se puede conseguir de muy diversas maneras: estimulando el clítoris, con cualquier caricia que para ti sea sumamente placentera… Es una experiencia totalmente subjetiva.
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Es una sensación inmensa de placer, que comienza poco a poco y culmina en un momento determinado, lo que denominaríamos “explosión”. Esa sensación es diferente para cada persona, por lo que no se podría dar una definición unánime. Todas las personas después del orgasmo sienten una sensación de bienestar y relajación.
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Es una sensación de placer asociado al alivio de una fuerte tensión muscular, muy parecido a lo que sentimos cuando estornudamos después de que nuestra nariz lleve un rato picándonos o como orinar tras llevar cuatro horas en un autobús con ganas de hacerlo y sin poder. Es una sensación igual, pero multiplicada por mil, y a nivel sexual.
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Para mí el orgasmo es un momento en el que experimento muchas sensaciones físicas: siento calor, agitación y un placer diferente al que puedo sentir con cualquier otro juego erótico. A veces incluso sensaciones de mareo por la hiperventilación. Me genera una sensación de agrado que quiero que siga, pero también que termine. A veces es como una pequeña descarga de energía. Las contracciones que “biológicamente” te dicen que suceden, te pueden servir de guía para saber que lo tienes. Se sienten bastante y con claridad. Cuando termina, la relajación es completa. No te apetece moverte, solo quieres disfrutar de la sensación agradable que acabas de tener y de esa relajación de todo el cuerpo.
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Me siento afortunada de poder describir hoy a mis 47 años que siento un orgasmo. Lo he descubierto hace poco, hace algunos años no hubiera podido hacerlo, intuía qué era, pero no lo había sentido, afortunadamente hoy me siento satisfecha de haberlo descubierto.
Es una sensación de placer y de calor que te va invadiendo lentamente en principio y cada vez más rápido hasta que llega a un punto en el que ya no sientes el límite de tu cuerpo y te dejas llevar, liberando esa ola de energía y de calor que ha ido incrementándose con el tiempo y que necesita escapar del cuerpo. Después, cuando la ola se va, tienes la sensación de que con ella se ha llevado todo lo malo y toda la tensión que tu cuerpo ha ido acumulando en el día a día.
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Personalmente, yo vivo el orgasmo de una forma muy placentera. Para mí, un orgasmo es un conjunto de sensaciones que son más placenteras cuanto más relajada estés y menos pienses en las preocupaciones cotidianas. Estas sensaciones son mucho más agradables cuando aprendes a contraer y relajar los músculos que tenemos alrededor de la vagina. ¿Por qué? Porque cuanto más los hayas tensado, más es el placer y la relajación después del orgasmo. Además, durante el orgasmo tienes una serie de contracciones vaginales que unas veces pueden durar más, otras menos, etc. Todo depende de lo excitada que estés y del control que tengas de esos músculos. En definitiva, es una gozada, un alivio cuando estás tensa o preocupada por algo y una vía de escape cuando estás estresada. También es mucho más placentero cuando lo acompañas con fantasías personales que te exciten mucho.
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Es una experiencia sólo mía, muy placentera. Como una especie de regustito y mareillo que recorre todo mi cuerpo y me deja totalmente relajada. Lo mismo que si te dan un masaje, por ejemplo en la cabeza, que es un gustazo, pero extendido por todas partes, unas veces más y otras menos.
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Me ha encantado. ENHORABUENA por el trabajo y por la recopilación.
He aprendido mucho, creo que saber estas cositas no solo va a ayudar a muchas mujeres sino a muchos hombres también y parejas. Muy muy guay
Muy interesante este post. Me ha gustado especialmente la idea de que varias mujeres le pongan palabras propias a lo perfectamente explicado anteriormente.
Me quedo con esa sensación de relajación y bienestar final que parece ser común a tod@s… 😉
Enhorabuena.
Gracias Ricardo, es correcto dar la palabra a las mujeres cuando hablan de sí mismas. Y con mayor motivo si hablan de su sexualidad y de cómo lo experimentan.
Se trata de aprender y compartir información, en breve la segunda parte donde hablaremos de EYACULACIÓN FEMENINA y del MULTIORGASMO!!
Me ha encantado la manera de enfocarlo entrevistando a cuatro mujeres sexólogas.
Mucha información, claridad y orientaciones muy acertadas.
Espero más documentos sobre este tema para ampliar aspectos como el multiorgasmo y la eyaculación femenina.
Ya estoy en ello, atenta a las novedades del BLOG!!
Me gusta informarme porque pienso que el hombre como la mujer tenemos derecho a sentir lo increíble que son los orgasmos.
Pero muchos hombres piensan nada más en disfrutar solo ellos y no piensan en hacer disfrutar a la mujer.
Una pareja es para que disfruten los dos.
Pero parece que a muchos hombres se les olvida que no están con una prostituta.